¿Qué puede estar por venir? Breves consejos para todo tipo de ahorradores
No hace falta volver la mirada muy atrás en el tiempo para encontrarnos con noticias en medios generalistas en las que nos comunicaban “alegremente” que la inflación iba a moderarse antes de que terminase el año, que el precio de la energía iba a bajar o que, a pesar de las subidas de tipos de interés, estas no iban a afectar al tejido productivo del país.
La realidad pocos meses después es bien distinta. Un consejo para despertar el lado crítico de los consumidores: “De lo que le cuenten, deseche la mitad, ponga en duda una cuarta parte y de lo resultante tal vez algo sea veraz”.
Para muestra un botón. El BCE ha comenzado a admitir que las subidas de tipos de interés podrían afectar a los mercados laborales de los países europeos. Como ya hemos comentado en alguna otra ocasión, las subidas de tipos tienen por objetivo la contracción de la economía, lo que redundará en una disminución de la capacidad de gasto de los hogares, reducción del consumo, la inversión, la producción y, en definitiva, una “presumible” bajada de precios. Por lo que, a pesar de tratarse de una noticia muy negativa, entra dentro de lo esperado pese al afán de algunos de disfrazar la realidad.
Subidas de tipos que, por cierto, se seguirán sucediendo por varios factores: la inflación sigue descontrolada en los países europeos y la FED continúa apretando el acelerador para contener la inflación en Estados Unidos. El pasado día 22 de septiembre, subió los tipos hasta el 3%, muy lejos queda el 1,25% que refleja todavía el casillero del BCE. Hecho que a su vez ha repercutido en la cotización de la Moneda Única, que en ocasiones ha perdido la paridad con el dólar americano y, como resultado, ha encarecido todavía más nuestras importaciones.

Todo parece indicar que inflación en España podría cerrar el año en torno al 9%, muy lejos del 5-6% que se aventuraron a vaticinar los más atrevidos. Y que el año que viene “podría moderarse” en función de las variaciones de los mercados energéticos.
¿Por qué estos esfuerzos por contener la inflación todavía no han logrado obtener resultados? Nos guste o no estamos en guerra, moderna, eso sí, pero una guerra. Una guerra económica que se libra día a día a base de sanciones y manipulaciones de los mercados. Porque, no nos dejemos engañar, la inflación actual es el resultado de la constante manipulación de los mercados de un bando u otro y de la dependencia energética del continente europeo. Si no somos capaces como resolver a corto plazo una cosa u otra parece poco probable que los precios de la energía vuelvan por sus fueros.

A todo esto, el PIB trimestral español arrojó un -0,2% para el primer trimestre del 2022 y un 1,50% para el segundo, datos un tanto exiguos y anteriores a los movimientos de fichas de los diferentes Bancos Centrales. Todo parece indicar que el último trimestre del año, algunos de los países miembros de la UE entraran en una recesión económica que podría prolongarse durante gran parte de 2023. Hecho del que España parece librarse de momento. No obstante, los datos podrían variar considerablemente si Rusia y Occidente siguen librando su partida económica, un juego en el que perdemos todos. Parece poco probable que, aprovechando el invierno, Rusia no decida apretar las tuercas a todo el continente europeo a través de los mercados energéticos.
¿Qué podemos hacer los consumidores con nuestro ahorro ante este panorama?
Aquellos que no tengan ahorros, deberán buscar fórmulas para que la inflación no termine por devorar su patrimonio. Siempre es útil revisar las tarifas contratadas de luz, gas y telefonía ya que se llevan un buen pellizco del presupuesto y es posible encontrar ofertas que nos puedan satisfacer económicamente a corto plazo. Comparar precios de los productos consumidos habitualmente siempre es una buena opción y puede ahorrarnos algo de dinero. Y por supuesto, no tener recelos en cambiar de marcas en determinados productos. A fin de cuentas, las marcas no nos suelen dar nada a cambio por nuestra fidelidad.
Para los que dispongan de algún tipo de ahorro, no parece mala idea tenerlos a la vista o en inversiones de gran liquidez por lo que pueda pasar. No es un buen momento para inmovilizar a largo plazo nuestros ahorros, a pesar de que ello suponga renunciar a posibles ganancias. Si aún así, decide diversificar sus ahorros, puede valorar la opción de contratar cuentas remuneradas o vigilar los cambios que puedan producirse en el mercado de depósitos.
A los consumidores que disponen de mayor capacidad de ahorro, recordarles que no es buen momento para invertir en Bolsa y, en consecuencia, en fondos de inversión referenciados a índices bursátiles. El Ibex35 se ha dejado más de 400 puntos en lo que va de mes y las subidas de tipos de interés que están por llegar afectarán de forma negativa a las cotizadas. Llegado el final de las alzas de tipos, puede ser un momento muy interesante para volver a diversificar inversiones, ya conocerán el mantra, comprar a la baja y vender al alza.